Es muy difícil aceptar la noticia de que hay una alta
probabilidad de que cierren al San Remo,
es más difícil aún conociendo el motivo de su cierre, suena increíble que la
razón de semejante crimen sea un respiradero de la nueva línea del metro,
contando con tanto espacio disponible por los alrededores del local, como por
ejemplo usar un espacio del bandejón central de la Avenida Matta, siempre es
posible encontrar una solución, pero hacer lo más cómodo o lo mas económico es
más importante que una familia que ha luchado durante años en un rubro que no
es fácil y además mostrando nuestras tradiciones. Tenemos una identidad
gastronómica muy débil, a pesar de tener una extensa lista de preparaciones típicas
no hemos sido lo suficientemente valientes como para defenderlas, por ende no podemos darnos el lujo de ponerle
fin a un restaurante que por más de treinta años ha defendido nuestra cultura.
Con este tipo de actos, estamos perdiendo de a poco nuestra identidad como
chilenos, debería existir una protección por parte del Gobierno hacia este tipo
de locales que aportan su granito de arena para mantener viva nuestra cultura,
sobretodo sabiendo que detrás hay una familia que ha dado su vida por mantener
su restaurante funcionando, obligarlos a cambiarse y comenzar de nuevo, aparte
de ser arriesgado para ellos como negocio, es una crueldad ya que es como
partir de cero.
Realmente es una lástima el no haber conocido este restaurante antes, pero me quedo con la tranquilidad de haber probado el mejor arrollado con papa fritas del mundo y con la esperanza de que recapaciten y se den cuenta de que lo que están a punto de hacer es un crimen tanto para la familia que esta detrás de este local como para el patrimonio cultural chileno, debemos aprender a defender lo que es nuestro y a no fomentar un desarrollo económico sin conciencia.
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